jueves, 12 de septiembre de 2013

Crítica - Riddik: el "macarrismo" regresa al espacio

Para ser "macarra" hacen falta dos cosas: desprender cierta chulería agresiva y una alta dosis de vulgaridad. Ejemplos en el cine hay muchos. Para empezar, tenemos a "Los Mercenarios" de Stallone, un grupo de bestias pardas la mayoría, hinchadas de testosterona compitiendo por ser el más "machote" de la fiesta. El trasnochado (y guarrete) Santos Trinidad de No habrá paz para los malvados interpretado por José Coronado tampoco se queda atrás en la clasificación, sin olvidarnos del impresentable Torrente y su "impoluta" ropa interior... Pero no todos los macarras de la gran pantalla tienen por qué ser desagradables. Y si no que se lo digan a James Dean o a Jason Statham, dos ejemplos muy lejanos entre sí pero con un peculiar encanto, que los hace idóneos para encarnar a este tipo de personajes.

Pero, ¿qué pasa con Vin Diesel? ¿Le ponemos en el primer grupo, en el de los cutres? ¿O por el contrario creéis que tiene su encanto, cierto estilo que le posiciona por encima de otros tantos actores como él? Por supuesto, todo es cuestión de opiniones, y la mía es que sí, que tiene algo, pero solo cuando cumple una condición: encarnar a Riddik. Existen muchos personajes en la historia del cine que, interpretados por determinados actores, ganan muchos enteros, ya que parece que el papel se hizo para ellos: Bruce Willis en Jungla de Cristal, Arnold Schwarzenegger en Conan, Tom Hanks en Forrest Gump, o Heath Ledger haciendo de Joker, son algunos ejemplos. Y Vin Diesel en la piel de Riddik es, sin duda alguna, otro de ellos.

Vin Diesel - Imagen propiedad de eOne Films
El protagonista de Pitch Black, el primer largometraje en el que apareció el personaje que nos ocupa, tiene todas las trazas y el carisma para enganchar al espectador. Riddik pasa de ser un convicto fugitivo a líder de un imperio planetario, para volver a su rol original de prófugo de la "justicia" en esta cinta, que hará las delicias de los fans de la primera parte, entre los que me incluyo. En Riddik, Vin Diesel vuelve a tener que adaptarse a las adversas condiciones de un planeta inhóspito, repleto de depredadores salvajes en forma de criaturas asesinas, al tiempo que es perseguido sin cuartel por dos grupos de mercenarios en superioridad numérica y armamentística. ¿Será pues capaz el temerario Riddik de escapar de un planeta hostil (que recuerda mucho al mundo de Dune, la famosísima obra de Frank Herbert) pasando por encima de aquellos que buscan su cabeza? Por favor... Qué pregunta...

La película comienza muy bien. Vin Diesel estudia el terreno, se adapta a lo que hay y aprende a sobrevivir con la única compañía de una especie de perro gigante al que cuida desde que es una cría. De hecho, la soledad de Riddik en esta primera parte es un punto a su favor, ya que el público accede a la parte interior del protagonista, a través de una voz en off y una serie de flashbacks basados en sus recuerdos, que nos ponen al día acerca de porqué se encuentra en ese planeta en concreto. Frases tópicas (y molonas) como "El último golpe es el que no ves venir" o "Una vez más, alguien trataba de jugármela y, una vez más, lo pagarían con sangre", dan una idea aproximada de por dónde van a ir los tiros.

La segunda parte, se basa más en un tipo de acción al que estamos más acostumbrados. Disparos, cuchilladas y muertes un tanto desagradables marcan la última hora del film, con escenas bastante predecibles, como la forma en la que acaba tal o cual mercenario. Más de una vez pensaremos: "pero hombre, no te separes de tu compañero, que la vas a liar..." adivinando el fatal desenlace que le depara al secundario de turno en manos de un Vin Diesel muy metido en su papel de asesino. No obstante, he de reconocer que la película tiene escenas de gran tensión como la protagonizada por Jordi Mollá, (un antagonista muy correcto y muy creíble en todo lo que hace) cuando tiene que introducir una contraseña para abrir un armario de la base espacial en la que se desarrolla la acción, sabiendo que si comete un error, la cerradura explotará y se lo llevará por delante. 

 Imagen propiedad de eOne Films


Los efectos especiales dan mucho juego en un largometraje donde la oscuridad está muy presente (recordemos que los ojos de Riddik ven mejor por la noche que por el día), sobre todo en la parte final de la trama, donde una inmensa tormenta engulle a los personajes coincidiendo con un ataque masivo de bichos alienígenas muy desagradables. Los efectos de luz bien distribuidos provenientes de los rayos que caen del cielo, dan un toque siniestro a la par que atractivo a un clímax que, a pesar de los esfuerzos empleados, no consigue ser suficientemente convincente, dejando un tanto frío al espectador.

En definitiva, Riddik es una película hecha para los fans del género de la ciencia ficción combinado con mucha acción, en cuyo centro se sitúa la figura de Vin Diesel que, aunque no sea un actor a la altura de los grandes, le pone muchas ganas a un papel con el que disfruta, poniendo muecas chulescas y diciendo cosas como "Sabéis cómo terminará esto". Pues sí, lo sabemos. Y nos gusta.

Lo mejor: Vin Diesel en su papel de Riddik  ofreciendo al espectador lo que quiere ver.

Lo peor: La película peca de previsible a medida que va avanzando la trama.




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