lunes, 23 de septiembre de 2013

Crítica - Epic, El mundo secreto: Magia en miniatura

No hay nada como ver las cosas desde la óptica de un niño. ¿Quién no ha escuchado alguna vez, incluso desde sus propios labios cuando era pequeño, alguna pregunta inocente relativa al porqué de las cosas?: papá, ¿porqué la luna es redonda?; mamá, ¿Qué es el arco iris?; abuelo, ¿porqué estás tan arrugado?; Papá, ¿si quiero ser torero, tengo que llevar yo el toro o te lo dan ya en la plaza?. Preguntas adorables y una curiosidad insaciable es lo que define a los niños en su más tierna edad, y películas como la que hoy nos ocupa, son las dirigidas al público infantil para entretener y, de paso, transmitir algún valor que otro.

Epic: El mundo secreto, trata sobre la lucha que se desencadena entre el afán creador de la naturaleza, encarnado por las criaturas del bosque, y las fuerzas de la destrucción que amenazan con corromperla, representadas por una raza de seres muy feos llamados Bogan, que se dedican a pudrir todo lo que tocan. Los encargados de proteger el bosque y a su reina, son llamados hombres-hoja, valientes soldados dispuestos a dar su vida por aquello en lo que creen. Hasta aquí todo bien y muy conocido ya: el bien contra el mal, una catástrofe a evitar y un protagonista acompañado de un grupo variado de amigos de diversa índole (entre ellos, un caracol y una babosa muy graciosos) que correrán mil aventuras para proteger su ecosistema.

Imagen propiedad de 20th Century Fox


El toque diferenciador de la historia es la incorporación de una chica humana (a quienes los hombres-hoja llaman "Pisadores") al grupo de aventureros ya que, debido a un hechizo, su tamaño disminuye hasta alcanzar la estatura de las criaturas del bosque en un claro homenaje a Cariño, he encogido a los niños. De este modo, un mundo nuevo que nunca antes había llamado su atención y que su padre siempre había insistido en que existía, se abre ante sus ojos (aquí es el padre el soñador y la hija quien mantiene una actitud más adulta). 

Epic es una cinta sencilla, sin muchos matices ni relaciones complicadas entre los protagonistas, una historia fácil de entender para los más pequeños de la casa, centrada en dos aspectos argumentales distintos. Por un lado la película nos hace reflexionar sobre las cosas que están a nuestro alcance pero que no vemos porque hemos olvidado la forma de hacerlo: nos hemos desprendido de los ojos del niño para ponernos los del adulto, mucho más pendientes de realidades más cotidianas, inmediatas y materialistas. Por otra parte, observamos la relación entre un padre y su hija que perdieron el contacto hace tiempo y ahora intentan recuperarlo a pesar de tener caracteres bastante distintos que, en ocasiones, les harán distanciarse. La vida misma.

La película, llevada a cabo por Blue Sky Studios, es una versión del cuento infantil The Lef Men and the Brave Good Bugs del escritor William Joyce, que ya había colaborado antes con el director de Epic, Chris Wedge, en la cinta de animación Robots. "Habíamos venido desarrollando nuestras habilidades técnicas y artísticas, y ahora disponíamos de la suficiente destreza técnica como para crear mundos enteros basados en el reino de la naturaleza. Nuestra intención era sumergir al público en un universo al cual solo podríamos acceder a través de la animación.", explicó Wedge al promocionar la película.

Imagen propiedad de 20th Century Fox


En efecto, las técnicas de animación empleadas por Blue Sky Studios rozan la perfección, siendo un verdadero placer observar los rostros de los personajes y sus expresiones, la belleza del entorno del bosque donde se desarrolla la acción (hay escenas bélicas que recuerdan mucho a Avatar), o el páramo yermo y sin vida donde se encuentra el "cuartel general" de los Bogan. Se trata sin duda de un trabajo inigualable que nada tiene que envidiar a dos gigantes de largometrajes del género como Pixar o DreamWorks. No hay que olvidar tampoco el gran sentido del humor que destila Epic tan cercano a otros proyectos de Blue Sky como Ice Age o Rio, dos de sus más conocidos éxitos.

Esta es una película hecha por y para los niños de la casa, más que para sus padres, quienes quizá echarán de menos la picardía propia de otras cintas de dibujos tales como Los Increíbles o Toy Story que, sin descuidar ni un momento a los más pequeños, supieron entretener también a las mentes más adultas mediante una serie de guiños dirigidos a un público de más edad. Esto no quiere decir que los mayores no vayan a disfrutar de Epic: El mundo secreto. Simplemente, tendrán que viajar al pasado y recordar las ocasiones en las que les preguntaban a sus padres cosas como: Papá, ¿de dónde vienen los niños?

Lo mejor: La altísima calidad de la animación empleada y el notable mimo puesto en su desarrollo.

Lo peor: El argumento no es muy original y el desenlace es bastante predecible.






No hay comentarios:

Publicar un comentario