martes, 13 de marzo de 2012

Tintín vuelve a la pantalla de la mano de Spielberg con El Secreto del Unicornio

Yo una vez tuve 10 años, y hacía todo lo que los niños suelen hacer a esa edad. Comía bolsas de Drakis y de Pelotazos, no tanto porque me gustase el sabor de aquel "alimento", como por hacerme con los tazos y los gogos que había en su interior, y con los que poder retar a mis compañeros de clase a ver quién se acercaba más a la pared al tirarlos o quien conseguía darles la vuelta usando como instrumento nuestros propios tazos. También tenía una peonza que me costó más de un disgusto con mi madre al intentar mejorar mi técnica en el parqué de mi casa... Los videojuegos (arcanos), los juegos en el patio con los demás niños trasladados a la calle los fines de semana, las películas de Disney que nadie reconocía haber visto delante de los demás chicos (nuestra virilidad nos condiciona desde muy jóvenes con grandes dosis de pudor para según que cosas, ver Bambi o los Aristogatos con tus padres, por ejemplo), eran cosas que nos entretenían, que nos absorbían y a las que nos entregábamos encantados. Y los cómics no podían ser menos.

Durante mi infancia leía tres tipos de tebeos, muy diferentes entre sí, pero que, a su manera, se complementaban bastante bien. Para reírme cogía un Mortadelo y Filemón, lleno de situaciones absurdas y chistes fáciles, que a mi inocente mente le parecían lo mejor del humor español (puede que no andase muy desencaminado); cuando quería ver acción, recurría a Las Aventuras del Capitán Trueno, un caballero en toda regla con una actitud un tanto artificial y una camaradería distante (o a mi me lo parecía) con sus compañeros Goliath y Crispín, los cuales se lo tenían bastante menos creído que él; y, por fin, la joya de la corona, las andanzas de un chico un poco mayor que yo con el que me sentía bastante identificado, a pesar de que no nos parecíamos ni en el físico, ni en la nacionalidad, ni yo tenía un perro como el suyo que me siguiese a todas partes aunque, por otra parte, al final acabé dedicándome a lo mismo que él y me hice periodista. No era otro que Tintín.

Tintín en una escena de El Secreto del Unicornio 
Y ahora van, y hacen una película. No es una secuela (aunque las habrá), pero me tomaré la libertad de hablar de Tintín y El Secreto del Unicornio en este blog, ya que se trata de una adaptación al cómic que lleva su nombre y la primera parte de una aventura que continúa en El Tesoro de Rackham el Rojo. Lo cierto es que esta película podría haber pasado desapercibida como una cinta más de un cómic con efectos especiales, véase Mortadelo y Filemón o Astérix, que pasaron por la taquilla sin pena de gloria, en un intento fallido de llevar a estos famosos personajes del papel a la pantalla. Al ver las mismas historias que leía de pequeño dibujadas por viñetas, no podía evitar la sensación de estar observando algo fuera de su medio natural, algo así como ver un pez subido a un árbol. Con Tíntín no me pasó. Se trata de una película hecha con mucho mimo, cuidando cada detalle y con una calidad y unos efectos gráficos para quitarse el sombrero.

Dirigida por Steven Spielberg, la película alcanzó en taquilla en su primera semana más de 5 millones de euros por la expectación que había creado y un trailer más que llamativo que, a mi juicio, no exageró ni un ápice lo que vendría después. Spielberg ya se había metido en el mundo de Tintín en 1983 cuando compró los derechos a su autor, Hergé, para llevar sus historias al cine. Creó entonces una película animada usando una técnica de captura de movimiento, que permitía usar no solo la voz de los actores que intervenían en el proyecto, sino también sus propios movimientos.

El capitán Haddock en El Secreto del Unicornio
El gigante cinematográfico no es una garantía (para mi por lo menos) de buen cine, a pesar de que lo intente muchas veces y le ponga ganas a lo que hace. Sólo hay que ver sus últimas obras, Super 8 o War Horse para darse cuenta de que debería invertir más tiempo en pensar si el trabajo merece la pena. No obstante, esta vez ha acertado de pleno en todos los sentidos: una historia fiel al cómic, unos personajes trabajadísimos, escenas de acción muy de Indiana Jones (osea, muy suyas) y una banda sonora magnífica que incluso estuvo nominada en los Oscar del año pasado. El resultado global es una gran película que ganó un Globo de Oro muy merecido a la Mejor Película de Animación en 2011.

Uno de los aspectos más llamativos de la película, aparte del sonoro, es el reparto de los personajes. Evidentemente no me refiero a un reparto físico, pero en pocas películas como en esta puede apreciarse la importancia de un buen doblaje. El actor Andy Serkis, encargado de ponerle la voz al capitán Haddock, hace un trabajo magnífico fingiendo estar casi todo el tiempo borracho para modular el tono del capitán y Daniel Craig tampoco lo hace nada mal doblando al villano de la historia.

En definitiva, se trata de una peli detallista, con una historia intensa, que gustará a todos los públicos, desde niños (obviamente) a adultos que hayan leído las aventuras de Tintín y su perro Milú y que, tal vez como me pasó a mi, podrán revivir en la pantalla un cómic que, tal vez, desempolve también el recuerdo de una peonza o de un partido de fútbol en el patio del colegio, hace mucho tiempo.


Lo mejor: Las técnicas de animación que dan vida a la película dejan un buen sabor de boca.

Lo peor: Se trata de una historia intensa pero poco profunda.




2 comentarios:

  1. Muy buen post, por cierto yo también coleccioné los tazos y había perfeccionado mi técnica, el avion.... infalible!!
    En cuanto a la película de Tintín, quizás sea la primera vez que esta historia del joven aventurero se lleva al cine pero no es la primera vez en que tintín aparece en la gran pantalla, en 1961 ya se llevó al cine con "Tintín, el secreto del toisón de oro".
    http://www.filmaffinity.com/es/film352094.html

    Después de ésa hubo una secuela. Yo no he visto ninguna de las dos (ni tampoco esta moderna aunque la tengo pendiente de ver).

    Bueno y hasta ahí mi dato friki de hoy, con esto hace que la entrada cobre mas sentido en tu blog pues, pese a nos er un remake si que es una "reaparición" de Tintín en la gran pantalla jejeje.
    Un saludo!!

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  2. Jaja muchas gracias por el comentario, la técnica del avión no la conozco, yo usaba el barrido jaja.

    Un saludo

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