jueves, 5 de septiembre de 2013

Crítica - Percy Jackson y el mar de los monstruos: un digno sucesor de Harry Potter

Si buscamos el término "saga", en la Wikipedia, encontramos esto: "narración parecida a una epopeya familiar que se extiende a varias generaciones, dividida en episodios, actos o volúmenes; o simplemente, de forma imprecisa, cualquier historia en varias entregas". Es una descripción amplia, pero seguro que más de uno está pensando en Crepúsculo, Harry Potter, Saw o El Señor de los Anillos. Desde luego hay muchas más, como publica el diario 20 minutos en su web bajo el título "100 sagas imprescindibles del cine"

La secuela que hoy nos ocupa, Percy Jackson y el mar de los monstruos, forma parte, en efecto, de una saga, y es una historia que, en mi opinión, tiene un fin bastante claro: ocupar un hueco. Se trata de un hueco difícil de rellenar, un espacio basto y complejo, un agujero profundo, sin fondo, que aún persiste en la mente de millones de fans en todo el mundo. Seguramente alguien ya habrá adivinado que estoy hablando de la serie de libros de la autora J. K. Rowling, protagonizada por uno de los magos más carismáticos de la literatura contemporánea. 

Percy Jackson - Imagen propiedad de 20th Century Fox 
Desde que Harry Potter abandonó sus andanzas en la gran pantalla hace ahora dos años y se fue por donde vino, dejando detrás una marabunta de desconsolados lectores de todas las edades, la industria cinematográfica ha buscado un sustituto para volver a atraer a ese perfil de espectador a las salas e intentar recaudar, por lo menos, una pequeña parte de lo que amasó gracias al famoso alumno de Hogwarts y sus dos intrépidos amigos. Ahora, de la mano de la Fox, nos llegan las aventuras de Percy Jackson, un semidios que repite los mismos esquemas que Harry, pero cambiando las reglas del juego, ya que la magia es sustituida por la mitología, un campo que ha sido explorado con anterioridad en múltiples ocasiones, siendo el último ejemplo de ello el largometraje Ira de Titanes, protagonizado por Sam Worthington y Liam Neeson . Confieso que el resultado es satisfactorio.

Percy Jackson es el hijo de Poseidón, (a quien solo ha visto una vez, ya que los dioses no pueden tener contacto con sus hijos medio humanos) y vive en un campamento liderado por un grupo de seres mitológicos cuyo objetivo consiste en enseñarle a él y al resto de "mestizos" (frutos de la unión entre un humano y un dios), quiénes son y cuáles son sus habilidades. La estructura, como digo, es muy similar a la de Harry Potter, ya que se centra en las andanzas de un adolescente que busca su destino enfrentándose a monstruos y peligros de diversa naturaleza, ayudado por dos compañeros de viaje: una chica un tanto repelente y un fauno graciosillo (mitad cabra, mitad humano), que recuerdan demasiado a Hermione y a Ron. Hay una profecía como la de Potter, un antagonista que odia de forma desmedida al protagonista y rivaliza con él constantemente cual Voldemort, una serie de artilugios tales como unas zapatillas voladoras, un boli-espada o un frasco que expulsa un viento huracanado cuando lo abres, que sustituyen a los hechizos aprendidos en Hogwarts... Hasta los títulos son parecidos: Harry Potter y la piedra filosofal - Percy Jackson y el ladrón del rayo.  

Percy Jackson y sus compañeros "mestizos" -
Imagen propiedad de 20th Century Fox 
Teniendo en cuenta todo esto, ¿es reprochable que los responsables de crear al sustituto de Harry aprovechen la misma fórmula que tan buen resultado dio durante los 10 años que el mago estuvo en los cines? Desde mi punto de vista, no, ya que la cosa funciona y el resultado es satisfactorio. La secuela Percy Jackson y el mar de los monstruos, basada en los libros de Rick Riordan, es una película muy entretenida, con giros imaginativos y reforzada por unos efectos especiales de primera, que aprovechan al máximo la última tecnología 3D. De hecho, os recomiendo que, si vais a verla, lo hagáis en este formato, ya que determinadas secuencias están pensadas para que el espectador experimente las tres dimensiones en sus carnes. Un ejemplo de ello es una escena en primera persona al principio de la película, en la que la cámara sigue los movimientos de cabeza de uno de los protagonistas, sintiéndonos literalmente como si estuviésemos en su lugar. 

He de resaltar que es una cinta para niños, a diferencia de las películas de Harry Potter que, si bien pecaban de un aire infantilón en las primeras entregas, fueron evolucionando hacia un enfoque más dramático donde las decisiones de los personajes acarreaban consecuencias que, incluso, podían desembocar en su propia muerte. Sin embargo esto no ocurre con Percy, donde al final de cada aventura, él y su grupo salen victoriosos y reforzados, aprendiendo valiosas lecciones en su camino y sorteando peligros de una manera bastante predecible. No obstante la película se sale del tiesto en alguna ocasión, como en una escena en la que los protagonistas llegan al Capitolio de Washington y uno de ellos comenta que el edificio le recuerda al Olimpo, ya que ambos lugares están ocupados por "tipos poderosos que solo piensan en sí mismos", un inesperado comentario que lanza un guiño a un sector de la población cada vez más numeroso y más descontento con sus gobernantes. 

En definitiva, Percy Jackson y el mar de los monstruos es una película muy cuidada técnicamente que sigue los pasos de Harry Potter de manera muy efectiva, aunque en ocasiones le falta algo de maduración a nivel argumental. De todas formas, los responsables de la cinta tienen tiempo para depurar los fallos que pueda haber, ya que el autor de los libros ha escrito cinco títulos (que estoy seguro llevarán a la gran pantalla), de los cuales solo hemos visto dos. Dentro de un par de años, seguramente estrenen la continuación de esta secuela con un final abierto que, sinceramente, deja con ganas de más.  

Lo mejor: Una historia repleta de acción y seres mitológicos capaz de hacer las delicias de los aficionados al género fantástico.

Lo peor: En ocasiones la película es bastante predecible.




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