domingo, 29 de abril de 2012

Crítica - REC 3: Aire nuevo a una saga bastante predecible

Mi primer recuerdo de un zombie se remonta a un capítulo de Scooby Doo (Where are you?), en el que un ser con la cara verde salía de debajo de la tierra para asustar a los que pasaban cerca de una mansión que se suponía encantada. Como en todos los capítulos de esta serie de dibujos, nada es lo que parece y, al final, resultó que se trataba de un mayordomo disfrazado, que solía trabajar en la casa antes de que la deshabitaran, y utilizaba el tétrico disfraz para ahuyentar a los compradores interesados en adquirir el inmueble.

Este es solo uno de los múltiples ejemplos con los que nos topamos casi a diario en relación a estos seres: videojuegos tipo Residen Evil, cuya saga se expandió también a los cines (creo que van por la cuarta o quinta entrega); cómics cuyos protagonistas pasan de ser víctimas a cazadores de zombies, cuyo ejemplo más actual no es otro que The Walking Dead, la aclamada serie televisiva de tintes apocalípticos; libros de ficción con títulos tan llamativos como Sentido y sensibilidad zombies (una parodia de la famosa obra de Jane Austen que no he tenido el "placer" de leer aún) y, como no, miles de películas de serie A, B y Z que puestas en fila darían la vuelta tres o cuatro veces a la conocida Gran Manzana de Nueva York (quizá sea una exageración, o quizá no...).

Los resultados de estas películas a veces son acertados, como le ocurrió a 28 días después donde los zombies eran llamados infectados y corrían más que los protagonistas, cosa que chocaba bastante al principio pero que más tarde fue aceptado como otra posible forma de ver a estas criaturas, lo cual las hacía más temibles y letales (y más graciosas también, ver a un zombie correr los cien metros lisos era algo que no encajaba muy bien con lo que se esperaba de ellos). Otros casos míticos como Braindead: tu madre se ha comido a mi perro, se basaban más en la cantidad de sangre derramada por metro cuadrado que en un guión bien estructurado, dirigidos a un público más amante del gore que de un argumento más sólido y creíble. En fin, para gustos, los colores, que decía mi abuela.

Escena de Rec 3 
Podría dedicar 10 entradas de este blog a hablar de los diferentes tipos de películas de zombies y de su evolución. Sería bastante interesante analizar qué es exactamente lo que nos atrae de unos seres sin ninguna motivación especial a parte de comer y seguir caminando eternamente. Más de una vez se ha  utilizado el cine para comparar este "fenómeno zombie" con la sociedad actual, en la que muchas veces actuamos como tales: sin pensar con claridad, dejándonos arrastrar por una serie de placeres (o vicios) superficiales que nos distraen de la realidad para que otros, los que realmente "mueven los hilos" de nuestras vidas, puedan hacer y deshacer a su antojo sin que nosotros podamos o queramos darnos cuenta. Juan of the dead, una cinta de origen cubano que se estrenó el año pasado, retrata muy bien este hecho en la sociedad de Fidel y Raul Castro, denunciando el conformismo de una sociedad que tiene más de zombie que de humana.

Pero vayamos a REC 3. Para empezar, es española, aunque la primera vez que una película de nuestro país tocó este tema fue en el año 2003 con Beyond Re-animator, la tercera secuela de una de las obras más emblemáticas del cine gore (la segunda fue La novia de Re-animator). En ella pudimos ver a Santiago Segura y a Elsa Pataki mano a mano en una de las primeras interpretaciones de ambos en la gran pantalla (sin olvidar el "Torrente" de Segura, claro). Este es un claro ejemplo de que una película de zombies puede ser tan distinta de otra como un huevo de una manzana.

Seguramente todos habréis visto ya la primera de las "REC". Fue una de las novedades mejor recibidas del 2007 en nuestro país debido a la genial utilización del falso documental, la gran interpretación de los actores que salen en ella y un par de directores de mucha categoría: Jaume Balagueró y Paco Plaza. Tal fue su éxito que logró situarse entre las 100 películas más taquilleras fuera de Estados Unidos ese año. Y no es para menos, ya que su escasa hora y media de duración consigue atrapar al público desde el primer momento transcurriendo enteramente en un opresivo edificio de la Rambla barcelonesa. Hay que hacer muy bien una obra en un único escenario para que el espectador no acabe aburrido a la media hora, ya sea a través de diálogos interesantes, giros inesperados o una acción envolvente. REC tiene todo esto y más.

Tal éxito tuvo la primera que no tardaron en sacar una segunda parte, que pese a lo esperada que fue, no logró el éxito de la primera. ¿Motivos? El mismo escenario, la misma "niña Medeiros" (los que la habéis visto sabéis de lo que hablo), y prácticamente la misma historia que tanto gustó dos años atrás, y que tan poco novedosa resultó en 2009. Quizá por esto, Jaume Balagueró se desvínculó de la cinta que ahora nos ocupa y que Paco Plaza intentó re-animar ;) con un resultado más que curioso.

Leticia Dolera y Diego Martín en una escena de REC 3
Para empezar, cambio de escenario. El edificio de la Rambla no daba para más, un tercer intento entre sus paredes hubiera sido suicida, de modo que lo que Paco nos propone es tan arriesgado como valiente: una boda valenciana zombie. Si, si, valenciana. No hay más que oír el acento de los invitados al comienzo de la peli, para convencernos de que Paco Plaza va a tirar más por el humor que por el terror-suspense, que abundaba en sus anteriores obras (con todo mi respeto a los valencianos). Y ese es quizá el fallo más grande, a mi juicio, que tiene REC 3, ya que cuando estás convencido de que vas a echarte unas gore-risas (no hay que olvidar la sangre, las mordeduras y las vísceras por doquier) de repente te encuentras con una carga dramática propia del mismo Shakespeare, fruto de la desesperación que sufren los novios al separarse en medio del caos que provocan los zombies en medio del banquete. 

Esta falta de definición en cuanto al género, que pasa del humor negro típico de Álex de la Iglesia (a quién se le hace un homenaje por medio del personaje contratado para grabar la boda, clavadito al director de La Comunidad) al desasosiego que provocan las geniales actuaciones de los protagonistas Leticia Dolera (espléndida) y Diego Martín, consigue desorientar más que centrar al espectador, que no sabrá si reír o llorar viendo una película gore (si no me creéis solo tenéis que ver el dramático final). Lo nunca visto, vaya.

El homenaje a Alex no será el único, ya que Paco Plaza, en este arriesgado mix cinematográfico, tiene tiempo para introducir a John Esponja, un animador de bodas que, para evitar la multa que puede caerle por plagiar al famoso dibujo animado, se viste como él pero usa un nombre diferente. Además, y como crítica a la persecución machacona que lleva ejerciendo la SGAE estos años a las diferentes páginas web con contenidos "ilegales", podremos ver también a un oscuro personaje que se hace llamar Canon, el cual se dedica a apuntar las canciones que ponen en la boda para asegurarse de que ninguna vulnera los derechos de autor de algún grupo o cantante.

Para los que esperan una relación con las anteriores entregas, les diré que no la van a encontrar. El argumento, bastante limitado, no enlaza en absoluto con los acontecimientos ya vistos en las otras dos películas (exceptuando un telediario de fondo que sugiere que la acción se desarrolla paralela a las otras REC) y tampoco arroja algo de luz o alguna explicación al origen de la avalancha zombie. Es una cinta totalmente independiente de las demás. El único nexo que encontré, aparte de los inevitables muertos vivientes, es el uso del falso documental, que desaparece (otro cambio más) al principio de la historia, para dar paso a la clásica cámara en tercera persona, lo que permite mucha más libertad creativa a la hora de narrar la trama.

Para acabar (que me he alargado bastante), solo diré que REC 3 es una película de zombies al uso, con algunos guiños al cine español, con todos los ingredientes para pasar por una cinta de zombies como las que vienen de Estados Unidos, lo cual no quita que su baza más fuerte sea el aire nuevo que insufla a una saga que acabó con REC 2 de una forma bastante ajustada. Como experimento tiene un aprobado, solo espero que REC 4: Apocalipsis, la próxima entrega ya anunciada, no siga por este camino, ya que podríamos acabar en un Congreso de los Diputados zombie o algo aún más grotesco.

Aunque, bien pensado...

Lo mejor: un nuevo enfoque que da un respiro a una historia muy trillada en las anteriores entregas.

Lo peor: El escaso argumento que tiene una película, llena de zombies y tripas sueltas.




2 comentarios:

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  2. Muy de acuerdo con la crítica, excepto en lo del 'aprobado'. Yo le doy un notable gracias a una dirección y unas interpretaciones brillantes + mucho poderío estético. No me canso de verla.

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