miércoles, 24 de junio de 2015

Crítica Jurassic World: Flaco favor a la saga

Cuando en 1993 llegó Jurassic Park a las salas de cine de todo el mundo, la película supuso un verdadero acontecimiento cinematográfico. No solo a nivel argumental - íbamos a explorar la posibilidad de que, en un futuro no muy lejano, pudiésemos visitar un parque de atracciones repleto de dinosaurios - sino a nivel de imagen y sonido, en una época en la que aún no habían llegado los grandes avances tecnológicos e informáticos a los que ahora estamos acostumbrados (demasiado). Imagino que, cuando vi la película hace más de 20 años, experimenté lo que sentiría mi padre cuando, allá por los años 70, descubrió a Luke Skywalker intentando destruir la Estrella de la Muerte. Supongo que el cine es una de las pocas maravillas capaces de acercarse a lo que llamamos "magia". Y eso es lo que nos ofreció Spielberg en los 90 con sus dinosaurios: momentos mágicos.

Y fue un éxito: encantó a la crítica y al público, y se hicieron camisetas, peluches, posters y videojuegos (yo jugaba al de la MegaDrive, no tiene desperdicio). Entonces, como es lógico, y tras ganar muuucho dinero, pensaron en la mejor forma de explotar al "monstruo", dándole vida de nuevo en forma de secuela. Y así llegó, cuatro años después, la segunda parte: El mundo perdido. De nuevo colas y colas para ver la continuación de una de las mejores historias del cine que, además, volvía a traernos al genial Jeff Goldblum en su papel de científico cínico/seductor (uno de los mejores de su carrera), en su lucha contra unos dinosaurios más salvajes y peligrosos si cabe.

Luego vino la tercera parte, otros 4 años después de la anterior, con una más que palpable dosis de efectos especiales y un argumento mucho más flojo que las anteriores, mismos dinosaurios, mismo prota (el arqueólogo de la original, el estupendo Sam Neill), más velociraptores y tiranosaurios, con la única salvedad de un dinosaurio modificado genéticamente mucho más fuerte y grande que el temible T-Rex. La película no triunfó en taquilla como las anteriores y la franquicia prefirió retirarse a lamerse las heridas y a, supongo, repensar su estrategia de cara a la siguiente peli (la versión en 3D de Jurassic Park no cuenta)... hasta hoy.

Año 2015. Jurassic Park pasa a llamarse Jurassic World (¿intento de revitalizar la saga sin renegar de sus orígenes?), volviendo a la idea del parque temático, con un nuevo "visionario" al frente y unos protas más guapos y más sexys, pero con menos química entre ellos que Jeff Goldblum y Sam Neill en la primera parte. Hay más dinosaurios originales (son los mismos, pero en más cantidad), más dinosaurios alterados genéticamente y más acción ¡Todo es más grande, más espectacular, más intenso, más, más, MÁS! A lo mejor por eso tuve la sensación de que ha sido uno de los mayores fracasos de esta saga, no sin cierta tristeza por mi parte.

Fotograma de la película


A pesar de que haya divagado mucho hasta ahora, esta crítica va a ser corta, ya que no hay detalles en los que profundizar, debido a que Jurassic World es una película 100 veces vista. Hay que reconocer que la acción está bien gestionada: hay momentos de verdadero suspense en los que de verdad crees que el dinosaurio atrapará al protagonista, pero está claro que el tratamiento de la ficción se les ha ido de las manos, causando un despropósito audiovisual (la pelea del final sin ir más lejos, parece sacada de una escena de Godzila) y argumental. Que la película se base en la existencia de un parque temático de dinosaurios no significa que todo valga. Los velociraptores no son domesticables, los pterodáctilos no deben tener cabeza de tiranosaurio (¿hola?) por mucho que queramos jugar con la genética, y un sinfín de situaciones parecidas que hacen que gires la cabeza en el cine para ver si el resto de la sala está viendo lo mismo que tú. 

La falta de originalidad de la cinta también es recalcable. Vuelve el parque temático, las atracciones, los paseos por las llanuras en un vehículo blindado rodeado de veloces y pacíficos animales prehistóricos, sabemos quienes van a morir nada más aparecer y quienes van a salvarse indiscutiblemente... Si no fuera porque es una película con buenas dosis de acción, tendría el mismo efecto soporífero que un documental sobre dinosaurios a la hora de la siesta.

Pero no todo es malo, claro. Los efectos especiales son estupendos y muchas veces consiguen que el espectador olvide la incoherencia del guión para meterse de lleno en la historia. El sonido es genial también, y más de un rugido de dinosaurio conseguirá estremeceros si vais a una sala acondicionada con la tecnología de audio apropiada para esta película. Los actores realmente son lo de menos, ya que los verdaderos protagonistas son los dinosaurios, aunque en esta cinta, en mi opinión, no se les trata con el respeto y el cariño con los que Spielberg los mostró. 

Para acabar diré que, para mi, solo las dos primeras partes merecen el rango de "película Jurassic Park", ya que cuando empezaron a alterar dinosaurios y los fuegos artificiales comenzaron a cobrar más relevancia que el guión, la cosa pasó a ser una mutación sin rumbo, como los bichos que salen en la pantalla. Solo espero que dejen descansar definitivamente a una saga que tan buenos momentos ha dado al cine, antes de que se les ocurra sacar una quinta entrega con Tiranosaurios voladores o velociraptores de dos cabezas.

Lo mejor: los efectos especiales y sonoros, realmente buenos

Lo peor: una buena cantidad de despropósitos argumentales que estropean las expectativas de ver la cuarta parte de una de las mejores sagas cinematográficas










2 comentarios:

  1. En realidad no hay tanta diferencia entre sacar un dinosaurio de un mosquito y mutarlo genéticamente. No se trata de ninguna aberración de la naturaleza. A mí me pareció tener una buena historia, con varios hilos paralelos, todos ellos emocionantes. Me encantaron las referencias a las primeras películas: la entrada del parque, la frase 'No reparo en gastos', los jeeps...quizás tuvieses demasiado idealizadas las películas anteriores, pero esta, está a la altura. 1 saludo

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    1. Hola Jesús, no se trata tanto del hecho de mutar o no a los dinosaurios, es una vía a explorar perfectamente lícita ya que, como bien apuntas, los tiros iban por ahí desde el inicio de la saga. La decepción viene por la falta de innovación y el poco esfuerzo argumental realizado en la secuela, que da lugar a situaciones absurdas e increíbles, incluso dentro de la ficción. No digo que una película de ficción no pueda elaborar sus propias normas, en este caso, la creación de un parque temático de dinosaurios, sino que en esta nueva entrega se ha pasado por encima de ellas, olvidando la esencia de sus orígenes. Que un humano consiga domesticar a los velociraptores, los animales más peligrosos de Jurassic Park, no solo acaba con la magia, sino con una de las premisas más importantes de la saga: la indomabilidad de lo salvaje.

      No obstante es cierto que las referencias a las anteriores películas son muy acertadas, espero que tomen nota para la siguiente. ¡Gracias por tu comentario!

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