miércoles, 12 de octubre de 2011

Los tres mosqueteros vuelven al cine en la peor de sus versiones

Ayer fui al cine a ver la nueva adaptación de Los 3 mosqueteros, la cual acaba de llegar a los cines españoles y que, en su primera semana, ha conseguido más de 150.000 espectadores en nuestro país, solo superada por Johnny English (¿cómo resistirse a ver a Mr. Bean poniendo muecas en una nueva misión secreta?).

Seguro que todos habréis visto, pequeños y mayores, alguna peli de estos tres espadachines junto a D'artagnan ya que, desde 1916 hasta hace unos días, son ya trece las versiones y secuelas que se han hecho de la obra de Alejandro Dumas de las cuales, a mi juicio, la mejor es la de 1973, con un genial Charlton Heston haciendo de Cardenal Richelieu. 

Pero volvamos a la sala de cine: una de estas salas gigantes de última generación con una pantalla enorme. Después de colarme unos cuantos anuncios sobre seguros de vida y créditos bancarios con unas prestaciones inmejorables anticrisis; con la sala a rebosar de gente comiendo palomitas, doritos, pizza y algún que otro pollo asado como en su casa (los cines ahora, ya se sabe, parecen buffets), comienza la ansiada película. 

Nada más empezar, en una introducción donde te ponen al corriente de los problemas de la corte francesa en aquella época, te sueltan que "solo un puñado de hombres puede evitar el apocalipsis que se avecina". Que dramáticos, pensé. Diez minutos después, una defraudada versión de mí continuaba mirando la pantalla tras haber visto a Athos, Porthos y Aramis, cayendo sobre sus enemigos en la noche como Batman o Águila Roja, encapuchados (Athos con una ballesta en cada mano), dando piruetas a cámara lenta como en Mátrix, realizando movimientos propios de un ninja. Casi esperaba salir de algún callejón a Jackie Chan dándolo todo. Ahora entendía lo del apocalipsis.

Charlton Heston y Christoph Waltz 
Ni el guión, una fantasmada que no se cree nadie (que incluye barcos voladores) con unas frases y unos diálogos socorridos y más vistos ya que el tebeo, ni unos personajes muy poco creíbles en el que, por poner un ejemplo, podremos ver a la siempre reservada y enigmática Milady (Mila Jovovich), deslizándose por el suelo esquivando flechas y balazos a cámara lenta como si aún estuviera actuando en Resident Evil, logran convencer al público. Hasta el Cardenal Richelieu, un personaje interpretado por un buen actor como Christoph Waltz, el mismo que dio vida con tanta eficacia al despiadado nazi cazador de judíos en Malditos Bastardos, aparece desganado, aburrido, sin ponerle casi interés a un papel que da tanto juego, excepto en las escenas de lucha, en las que él también participa..

La película me recordó a la adaptación de Sherlock Holmes que hicieron hace dos años, en la que sentí una idéntica decepción, otro intento fallido de modernizar una historia y unos personajes hasta lo grotesco. No se dan cuenta de que una buena película no se produce llenándola de explosiones y escenas de acción sin sentido, sino haciendo que sea creíble a la vez que original.

En resumen, una película de tantas, que hemos visto ya veinte veces y que podría tener algún que otro seguidor en en público infantil, más que nada por los efectos especiales (con esas tres dimensiones un tanto mareantes) y las luchas excesivamente coreografiadas. El resto seguramente, pasada media hora, ni recordará haberla visto. 

Solo espero que no hagan una secuela...

Lo mejor: Un vestuario muy chulo.

Lo peor: Todo lo demás  


1 comentario:

  1. Estoy de acuerdo con tu critica. Aunque a mi me gusto la pelicula, pero es verdad. De lo que no estoy de acuerdo es con la comparacion con la nueva version de Sherlock Holmes.

    ResponderEliminar